lunes, 21 de diciembre de 2009

Los sucesos de 1903

En el verano de 1992 tuve el placer de conversar durante algunas tardes con D. Luís García. Le faltaban 5 meses para cumplir los 90 años, pero su memoria estaba como nueva. Al comienzo de la conversación del primer día, me contó de pasada lo que desde su infancia había oído en su casa sobre los sucesos que ocurrieron a los pocos días de nacer él. Mis intereses, entonces, eran de tipo urbanístico y apenas reparé en ello.

Hace unos meses digitalicé aquellas grabaciones y al volverlas a escuchar me llamaron mucho la atención.

Me interesé por aquellos sucesos e, inmediatamente, me impresionaron tanto por su origen como por sus consecuencias. Sigo los acontecimientos por El Lábaro:

Todo comenzó con una pelea entre varios jóvenes que fueron conducidos a la prevención del Gobierno Civil, donde se les emplazó para que se presentaran a la mañana siguiente a fin de declarar ante el inspector-jefe.

Así lo hicieron y cuando el estudiante Sr. Layta salía en libertad después de realizar su declaración, se puso a “cantar alegremente”, ante lo cual el inspector-jefe Sr. Benito lo volvió a llamar, comunicándole que quedaba detenido. El estudiante alegó que no había razones para ello y aduciendo que tenía clase se ofreció para presentarse de nuevo, una vez acabadas sus ocupaciones. El inspector se negó y, al intentar huir el estudiante, fue reducido y maltratado de forma desproporcionada a los hechos.

A partir de ese momento los estudiantes se manifiestan y las algaradas se suceden durante toda la tarde.

A la mañana siguiente gran número de estudiantes se reunen delante del Gobierno Civil (Palacio de Anaya). Se lanzan piedras y viendo que la situación empeoraba, el entonces Rector Don Miguel de Unamuno se interpuso entre ambas partes apaciguando a los estudiantes, aunque recibiendo alguna pedrada. En ese momento salen policías y guardias del Gobierno, comandados por el inspector Sr. Benito, cargando contra los estudiantes que corren a refugiarse en la Universidad. Es entonces cuando aparece la Guardia Civil que carga también. Desde las ventanas de la Universidad empiezan a caer piedras y, con aviso o sin él, se produjo una descarga cerrada desde el atrio de la Catedral a las ventanas altas de la Universidad, “el fuego duró algunos minutos”. Otra descarga se produjo contra los alumnos que estaban a las puertas del Instituto.

Resultado:

Algunos de los catedráticos y entre ellos el Rector estuvieron en medio del fuego intentando apaciguar los ánimos sin conseguirlo. La capa de uno de ellos quedó acribillada a balazos.

A partir de ese momento en toda la ciudad se cerró el comercio en señal de duelo y protesta.

En los días posteriores el gobernador y el inspector-jefe fueron destituidos. El entierro congregó a miles de salmantinos con la representación de todos los sectores de la ciudad. Ese día también cerró todo el comercio y en muchos balcones lucía un crespón negro.

También continuaron las manifestaciones en los días siguientes y solamente cesaron cuando comenzaron las vacaciones de Semana Santa y los estudiantes regresaron a sus lugares de origen.

Los sucesos de Salamanca corrieron como la pólvora por todas las universidades españolas. Las huelgas, manifestaciones y protestas se propagaron por todas ellas, llegando a haber otro muerto en Madrid en una manifestación.

Una de las decisiones que tomaron los estudiantes fue la de hacer una colecta a fin de sufragar los gastos de un mausoleo en recuerdo de los compañeros asesinados. Creo que este debe ser el monolito del que habla Don Luís García pero nada he encontrado sobre él, por ahora.

No puedo por menos que recordar a Edward Lorenz y su constatación del “efecto mariposa” en sus estudios sobre el clima. Una canción cantada a destiempo (al menos para el inspector-jefe) acabó produciendo la muerte de dos jóvenes y la inestabilidad política y social de todo un país.

Nota: Al no poder subir archivos de audio en Blogger, he tenido que grabar este video tan cutre para poderlo subir todo junto.